ANTECEDENTES

La zona de los canales australes chilenos corresponde a una de las más vastas extensiones de canales, fiordos, senos y golfos interiores de la tierra. Su extensión que tiene un poco más de 1.000 km en línea recta, sin embargo posee una cantidad de costa que supera a los 84.000 km lineales si se suman los contornos de las múltiples islas y penínsulas que la componen. Es decir, la costa de la zona insular chilena supera en más de 20 veces a la costa de Chile entre Arica y Puerto Montt.

Estos canales fueron generados por la acción individual o conjunta de la erosión glaciar de la corteza terrestre durante la última glaciación y del hundimiento del valle central debido a la actividad tectónica de la zona (Borgel 1970-1971). Producto de la confluencia de aguas oceánicas del Pacífico con los aportes de agua dulce de lluvias, ríos, glaciares y ventisqueros, en el interior de ellos se formó un sistema estuarial de gran magnitud. Este sistema, se caracteriza por una gran productividad biológica, lo que transforma a este extremo austral de Chile en una zona de gran riqueza natural y de una inconmensurable potencialidad para el desarrollo económico y social para el país.

En cuanto al conocimiento oceanográfico del área, la primera actividad que se tiene registro en la zona corresponde a la expedición sueca Lund University-Chile realizada entre 1948 y 1949, la cual abarcó la zona entre el seno Reloncaví (42º S) y la parte central del canal Moraleda (48º S) (Brattström & Dahl, 1951). Casi 20 años más tarde, en 1970, se realizó el crucero canadiense Hudson-Chile 70, el cual abarcó entre el seno Reloncaví (41º 30'S) y el seno Almirantazgo (54º 30'S), con un total de 180 estaciones oceanográficas (Pickard, 1971; Silva et al, 1995), siendo el crucero de mayor cobertura geográfica a esa fecha.

Posteriormente, en 1972, la expedición Hero 72-4 volvió a realizar el muestreo de las estaciones oceanográficas de la zona de golfo de Penas (48ºS) a seno Almirantazgo (54º 30'S), realizadas anteriormente por la expedición Hudson-Chile70 (Chuecas & Ahumada, 1980). Diez años después, la Subsecretaría de Pesca, en conjunto con expertos japoneses organizaron un crucero de prospección de retorno de los salmones liberados en 1979 en el río Simpson y ensenada Baja en el seno Aysén (45° 20'S). En este crucero, además de las labores de pesca del salmón, se realizaron mediciones de variables oceanográficas en el seno Aysén, canal Moraleda y área oceánica adyacente entre boca del Guafo y golfo de Penas (Vargas, 1983).

Entre los años 1989 y 1995, la zona del estrecho de Magallanes y canal Beagle (52° a 55°S), fue objeto de muestreo por varios cruceros oceanográficos italianos y alemanes, entre los cuales se cuentan las expediciones a bordo de los buques "OGS Explora" en 1989 (Brambati, 1991), B/I Cariboo, en 1991 (Faranda & Guglieimo, 1991), R/V Victor Hensen (Arntz & Gorny, 1996) y B/I Itálica en 1995 (Faranda et al., 1996), siendo a esa fecha la zona mejor estudiada de toda el área austral chilena. A su vez, entre los años 1992 y 1993, la Universidad de Valparaíso realizó cinco cruceros oceanográficos estacionales en el seno Aysén (Sievers & Prado, 1994).

Desde el punto de vista económico, desde la década del 80 a la fecha, los canales australes chilenos, especialmente aquellos de las X y XI regiones, están siendo objeto de un importante desarrollo de actividades de acuicultura, lo cual trajo consigo la necesidad urgente de obtener el conocimiento de las condiciones oceanográficas de la región. Esta necesidad se puede definir en términos de la respuesta que tendrá el sistema de aguas interiores frente al aumento del uso a que está siendo sometido y su capacidad para soportar, sin deterioro ecológico, la creciente actividad antropogénica. A modo de ejemplo se puede indicar que hacia el año 2004 se habrían instalado alrededor de 397 centros de cultivo de peces, 305 de moluscos y 295 de algas entre la X y XII regiones (SERNAPESCA, 2006).

Junto a lo anterior, algunas áreas de la zona de los canales australes han sido afectadas por reiterados eventos de floraciones de algas de carácter tóxico, denominados Mareas Rojas (Avaria & Muñoz, 1993), los cuales han provocado un impacto social y económico de tal dimensión, que despertaron en la comunidad científica y autoridades nacionales el interés por realizar estudios oceanográficos de línea de base, que ayudaran a comprender los mecanismos que las provocan. Es así como dentro de este contexto, en 1992 el Instituto de Fomento Pesquero realizó un crucero de investigación, entre puerto Edén (49º 55' S) y las islas Wollaston (56° S), destinado fundamentalmente al estudio de mareas rojas de la zona (CORFO, 1992). Posteriormente, en el año 2002, FONDEF financió el programa Marea Roja tendiente a investigar y desarrollar estrategias para controlar éste fenómeno (FONDEF, 2006).

Frente a la necesidad creciente de conocer las características oceanográficas del área de fiordos, canales y golfos interiores, el Comité Oceanográfico Nacional de Chile (CONA) y sus Grupos de Trabajo prepararon, un Programa de Investigación Científica Marina a realizar en varios cruceros y a los cuales se les denominó CIMAR. El objetivo del Programa CIMAR es el de Estudiar en forma multidisciplinaria aspectos oceanográficos, de biodiversidad marina y morfología submarina de zonas geográficas remotas donde el conocimiento del medio ambiente marino tiene una fuerte influencia en el desarrollo socio económico sustentable de las comunidades locales y del país.

Las zonas seleccionadas fueron inicialmente los canales y fiordos de la X, XI y XII regiones y posteriormente las islas oceánicas de la V región. Entre 1995 y 2005, se han realizado 11 cruceros, 9 en la zona de canales y fiordos australes y 2 en la zona de islas oceánicas.

 

página siguiente